Comunicado 25N POR UN MUNDO LIBRE DE VIOLENCIA

El día 25 de noviembre es el día internacional de la violencia contra la mujer. Por desgracia es un día que no debería existir, pero existe y es necesario porque aún las mujeres en todo el mundo siguen sufriendo discriminación. Que este día haya recibido esta nominación, significa que en el mundo todavía persiste mucha y demasiada violencia contra las mujeres; violencia, ésta, que se manifiesta en todas las culturas y en todos los ámbitos de la sociedad, pues el machismo es universal y no conoce fronteras.

                En este caso, las mujeres musulmanas no somos una excepción, y es por ello que nosotras como asociación aportamos nuestro granito de arena apoyando y acompañando a las mujeres que necesitan ser escuchadas. Por desgracia, la violencia de género existe, tal y como hemos citado, debido al maltrato que ejercen hombres sin escrúpulos en todo el mundo; y, como es obvio, los colectivos musulmanes no somos una excepción, por eso es un tema que tenemos que hablarlo, visibilizarlo y buscar soluciones. Tenemos que tener claro la importancia del empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos, educativo, laboral, social, político. La mujer musulmana tiene derecho a ser libre, a romper con las barreras  que no le dejan avanzar con dignidad.  Las mujeres musulmanas hemos comprendido que a lo largo de muchos años ha habido mucha manipulación desde fuera y desde dentro con respecto al papel de la mujer en la sociedad. Nosotras reivindicamos lo mismo que reivindica el islam:

                Igualdad de oportunidades y equidad entre hombres y mujeres. No somos menos por ser mujeres y con esta fuerza tenemos que educar a nuestras niñas. Por poner un ejemplo en el que debemos de mejorar, la Mezquita debería ser un espacio seguro para que las mujeres se sientan bienvenidas, respetadas y participen activamente dentro de la comunidad musulmana, ofreciéndoles así, oportunidades para crecer, aprender y hacer actividades. Pero muchas veces, las mujeres musulmanas ni siquiera tenemos un espacio propio dentro de la mezquita. ¿               Estas son las enseñanzas del Islam? ¿Qué pasa con las grandes mujeres referentes de la historia? Las mujeres musulmanas hemos pasado de ser mujeres que lideran gobiernos, grandes negocios, construcción de universidades a no tener acceso a una mezquita. Hay muchas cosas que tenemos que cambiar, dialogar con respeto y equidad. Por otro lado, aprovechando un día como hoy, queremos recordar a la sociedad que desde el Islam también existen pautas para erradicar esta lacra.

                Debemos recordar que el profeta Muhammad, que hace ya más de 14 siglos estableció las bases para construir una sociedad igualitaria y equitativa, protegiendo la dignidad de las personas, siendo la dignidad humana lo más sagrado en el Islam. No sólo realizó su misión con palabras, sino que él mismo fue un ejemplo extraordinario en pro de la defensa de los derechos humanos. Ello le costó mucho sufrimiento e hizo todo lo posible para que la gente aprendiera a tratar con respeto a las mujeres. Entre sus dichos más famosos están los siguientes hadices: “El más completo de los creyentes es el que tiene el mejor carácter, y el mejor de vosotros es el que trata bien a las mujeres” “Las niñas son modelos de simpatía, cariño, bendición” “Ningún musulmán debe enfadarse con su mujer.

                Si alguna de sus cualidades os disgusta, habrá muchas otras cualidades que merecen vuestro aprecio.” “Sólo sabe valorar a las mujeres el hombre afable; y sólo las maltrata el cobarde”.

Dicho esto aclarar que desde la asociación tenemos un programa específico de acompañamiento a mujeres víctimas de violencia machista, dejamos a vuestra disposición el siguiente número de teléfono donde te asesoramos con discreción y profesionalidad. Si es tu caso, o el de alguna mujer que conozcas, no dudes en llamarnos al 688881335.

¿Como se trata la violencia de género en los medios de comunicación?

Articulo por , publicado en el Mundo.

El día en que la violencia de género se convirtió en casquería

Para todas aquellas personas que se manejan en lo cotidiano con la tragedia humana, la capacidad de asombro, de indignación, de sufrimiento o de pena frente a los episodios individuales con los que conviven, se va reduciendo con el tiempo. Seguramente es un mecanismo de autodefensa porque, al fin y al cabo, todo el mundo necesitamos dormir por la noche y apartar de nuestra cabeza todo lo que nos puede hacer infelices o generarnos mala conciencia, especialmente cuando desde nuestra actividad profesional nos manejamos con el sufrimiento ajeno, aunque sea de pasada.

Empiezo así, a modo de auto-recordatorio y como ejercicio para contener la indignación que me acompaña desde el pasado lunes, momento en el que se emitió en la televisión pública de Castilla La Mancha (RTVCM), un brutal reportaje, presuntamente informativo, en relación con el asesinato de Carolina, vecina de la localidad de Cifuentes. Una información centrada en relatar, con todo lujo de detalles metodológicos e instrumentales, el tratamiento que, se sospecha, pudo recibir su cuerpo por parte de su pareja, a la sazón, carnicero de la localidad.

Debe ser que los servicios informativos de RTVCM quisieron ilustrar a la población castellano-manchega sobre las diferentes formas de descuartizar, cortar, triturar y reciclar restos humanos. Debe ser que alguien en la RTVCM debió pensar que este enfoque reportaba mayores beneficios informativos que cualquier otro, incluyendo los que se recomiendan en las políticas públicas del propio Gobierno Regional para informar sobre un trágico episodio de violencia de género.

De esta forma, el lunes pasado, en una pieza que apenas dura unos minutos, pudimos ver cómo se contravenían todas las recomendaciones sobre el tratamiento informativo de la violencia de género, que se han realizado a lo largo de los últimos años desde cientos de instancias públicas y profesionales, institucionales y de autocontrol de los medios. Protocolos, guías, recomendaciones legales, informes de observatorios, dictámenes de autoridades audiovisuales, fueron convenientemente triturados, despiezados, fileteados y expuestos para su escarnio público, conjuntamente con la dignidad de la víctima, Carolina.

Sólo he podido ver el reportaje una vez. No puedo con él. No puedo entender quién en su sano juicio puede vulnerar de una forma tan salvaje la dignidad de una víctima y exhibir de una manera tan impúdica su derecho a la intimidad. Quién puede querer incrementar de esta manera estéril el sufrimiento de todas las personas que conocían a Carolina, de sus vecinos y vecinas, de su familia. Quién ha decidido que el morbo y el escándalo convenían más a los intereses de una cadena de televisión de titularidad pública, que valores como la solidaridad y el respeto por la víctima. En qué momento alguien decidió que la banalización de la violencia de género era más importante que los esfuerzos para su prevención y erradicación. Cuándo se decidió abandonar el compromiso de elaborar una información de calidad y utilidad pública en RTVCM, para pasar a hacer un reportaje como éste.

Será que estas personas han perdido su sensibilidad a fuerza de no plantearse cómo influye su trabajo en la vida de la gente. Será. Pero eso no quita para que las administraciones responsables tomen las medidas necesarias. Primero para depurar las posibles responsabilidades y, segundo, para evitar que una mujer asesinada pueda volver a ser tratada como casquería en los expositores de la carnicería de su pueblo.

El periodismo ha de ser digno. Si es público, más.